Las técnicas de quemado de cerámica a campo abierto más antiguas se remontan a fechas cercanas al 20.000 a.C. La Soenga (en portugués, “quemado a cielo abierto”) se sigue practicando hoy en día en el pueblo de Molelos. Desde 2017 los siete alfareros restantes se unen una vez al año en mayo en un evento de cocción para mantener viva la tradición. Cada uno de ellos aporta su cerámica para una cocción conjunta. El fuego se enciende bajo la cerámica precalentada y apilada y, tras alcanzar los 1.000 °C, se “cierra el horno” con tierra. Mediante una cocción de reducción se crea una atmósfera reducida con poco oxígeno. El hierro rojo de la arcilla se convierte en negro y se encierra en las superficies de la cerámica, mientras que las llamas, la madera con resina y el carbón dejan unos patrones grises metálicos y unas variaciones de color únicas e irreproducibles.